17 de mayo de 2009

Oda al moco

Bueno, en realidad no es exactamente una oda, porque no tengo la menor idea de lo que es. No sabría distinguir entre una oda y el quijote. Es más, no estoy seguro de que se escriba así: podría ser "hoda", u "odda". En definitiva, y para salir de este pozo de humillación en el que me vi estancado, quería expresar unas palabras para aquel amigo incondicional que me acompaña desde que tengo uso de razón todos los inviernos: el moco.

En un principio pensé "¡Que chanchada!...", guiado por tantas batallas perdidas por erradicarlo y por tantas complicaciones al convivir con él, pero después reflexioné y decidí mirar el problema como algo normal. Y para ayudarme con esta autoterapia, decidí escribir unas cositas para reivindicar al moco, emplazándolo en el lugar exacto que ocupa en mi vida: la de un compañero.

Siempre, en cada otoño, aparece calladito, como pidiendo permiso, y se instala en una cómoda habitación que le preparo todos los años. Primero, es una agüita, pero luego toma confianza y se torna denso y colorido. Tiene sus vaivenes durante el invierno (tampoco pretendo que venga y lo único que haga es quedarse ahí. Me parece bárbaro que salga, vaya al cine, visite a otros amigos mocos, etc.), Pero cuando se siente muy cómodo hasta llama a sus primos, los catarros, y se arman cada fiestita que "¡Mama mía!". Les tengo que pedir, por favor, que achiquen un poco que hay gente que quiere dormir y eso...

Pero es un compañerazo de verdura... Siempre consecuente, siempre ahí. Por eso, esta oda. Y es una oda porque, para que sepa que he cambiado mi actitud hacia él, arranco a hablarle al moco con una "oda":
Hoda moco!... ¿Cómo esdtás? Quedía habdarte podque sé que indtendté vadias fodmas de edadicardte: muchas ddogas médicas (y de las otdas), y hasta homeopatía. Pedo me di cuenta que estuvisdte en todos lados conmigo: en las buenas y en las malas, en el intediod y en el extediod. Y también, que sos pardte de la comunidad y como tal dtenés tus dedechos y medecés despeto. ¡Gdacias por todo, moco! ¡Se que siempde me vas a acompañad!-

¡Bueno, ta!... Lo admito... Estoy resfriado de nuevo...