27 de julio de 2010

¡A tomar Fanta con Pelusita!...

La expresión misma del fracaso. La frase que refleja que, aunque se dio todo, no se pudo. En Uruguay no debe haber metáfora más cruel que esta...

Es lo que decía Cacho cuando un botija quedaba afuera, o eliminado, de cualquiera de los juegos que se hacían en Cacho Bochinche, por ejemplo, el famoso juego de la sillita... En las caritas de las pobres criaturas se reflejaba la desasón al escuchar su voz, invitándolos a aceptar un premio consuelo, sabor naranja.

Corría el año 1986. Yo, con mis 6 añitos casi recién cumplidos me aprontaba para el día tan esperado. ¡Participar en Cacho Bochinche y salir en la TV! Llegamos temprano y afuera del canal ya habían gente y otros gurises que iban a jugar también. Rápido, mucho antes de comenzar el programa que era en vivo, los productores nos miraron a todos los niños y por la talla, o que se yo, nos asignaban a los juegos. Enseguida se organizaron ensayos del juego, para que le agarráramos la mano y no pasáramos demasiados papelones al aire. Estaba todo pronto...

Pero al mismo tiempo se estaban jugando los cuartos de final del Mundial de México '86. Brasil - Francia. Y lo estaban pasando en vivo. Estaba previsto que, cuando terminara el partido, comenzaba nuestro programa. Pero quedaron empatados y fueron a alargue. Del alargue fue a penales y la tanda de penales debe haber sido la más larga de la historia.

Termina el partido y comienza Cacho Bochinche. Ya falta poco, nos toca actuar. Ahí es cuando nos dicen que nuestro juego no va por falta de tiempo. El mismo tiempo que se comió el partido de mierda, ese. Y ahí nos dicen... ¡A tomar Fanta con Pelusita!...

Y ni siquiera jugué...

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