14 de abril de 2009

Algunas verdades sobre Buenos Aires

Anduve y estuve. Pasié y "estudié"... No me importa lo que digan. Pa' mi, estar en esa ciudad (que por lo pronto me parece muy interesante) tan sólo una semana, me alcanza para tirar unas máximas de la cotidiana porteña. Ta, bueno... yo estaba de vacaciones y ciertamente me faltó un día para una semana entera... Pero, como redondiando, ¿Vió?... No iba a mencionar que había estado 0,875 de semana... está más cerca de uno que de media, ¿No?

Entonces, sin más preámbulos, observaciones, máximas, o como prefieran llamarle, de Buenos Aires.

1) Buenos Aires es muuuuuuuuuuuuy grande: Ta bien... Mirado con los ojitos de un gurí que vive en una ciudad que la atravesas en un rato, se entiende... ¡Pero es muuuy grande, en serio! Ayuda montón el temita de las calles, la numeración prolija (¡Igualito que acá que hay pila de calles que tienen 2 números!).

1') ¡La Guía T es lo más grande que hay! Y no sólo para nosotros que somos turistas y no conocemos un sorcho, sino que la gente nacida y criada ahí la necesita como los ex-representantes de Cris Namus necesitan eliminar de alguna manera el crédito que sacaron para comprarse los chalets en Punta del Este (¡Se les reviró el negocium!).

2) Todo el mundo busca monedas o te las regatea: Eso se debe a que cada vez que se suben al bondi tienen que pagar exclusivamente con monedas. No hay otra forma. Si me guío estrictamente por las leyes de oferta-demanda que rigen el capitalismo, entonces una moneda de -ponele- 50 centavos, por lo preciada y codiciada que es, debería valer como $10. En ese lugar el que venda alcancías se hace millonario (o, al menos, algo pa' poner las monedas que sea decorativo... Quedaría lindo).

3) Hay una gran cantidad de narigones: o tal vez no narigones, pero si me dió la impresión de que muchas muchachas sobretodo eran como media nariguetas... Como que la nariz un poco mas grande de lo que pide la cara, usando un eufemismo aclaratorio. En un principio, pensé que era una impresión, pero volví y me sorprendí al comprobar que así era... (Nota. Este comentario no es fruto de ninguna encuesta. Yo fui, miré y me pareció eso. Al que no le parezca, lo espero a la salida...).

3') Da la impresión que no hay mina de 30 a 40 años que no haya pasado por el quirófano: También es una impresión. Pero quedan como deformadas de cara pero parece que no se dan cuenta... Y lo máximo de esto es que las mayores de 50 también se pegan una vuelta por el cuchillo y las pobres quedan hechas paté por parecer jóvenes. ¿Porqué no aceptan que todo llega a su fin y chau?... Aguanten un ratito que ya vengo... Voy a sacarme la máscara de barro y me pongo la ponds beautiskin y enseguida sigo...

4) ¿Quien carajo les puso los cables a esta gente?: Se lo hice notar a Mima y ella alguna vez lo había mirado pero nunca con la óptica de que eso es un desorden increíblemente maravilloso. Es como si Spider-man hubiera caído a Buenos Aires una noche en pedo, con la tela negra porque se le había acabado la blanca, y se pegó un paseíto por la ciudad. Logramos divisar una que arrancaba en un 13avo piso a mitad de cuadra, atravezaba en el aire el cruce de la calle en la que arranco con una perpendicular, y "moría" en el medio de la manzana que quedaba cruzada a donde había arrancado, dibujando una diagonal asesina descendente... Repito, MA-RA-VI-LLO-SO. Y eso que estábamos un poco lejos del centro. Ahí se pone mejor. Los pájaros juegan carreras de obstáculos...

La sigo después...

1 comentario:

  1. Lo de los cables en bsas es algo increíble! Yo no sé como no lo ponen como una verdadera atracción turística.
    Y lo que parece es que a todas las empresas del rubro "pongo cables para brindar mi servicio" les chupa un huevo; los hay de luz, teléfono, cable y los etc que correspondan. Ni hablar que nunca sentí a un puto porteño quejarse por ello, todo lo contrario, y cuando se los hacés notar se viene un claro y reconocible tonito que indica "las ciudades precisan cables boludo, como querés que estén??"

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